miércoles

20. Ta Hui


Ta Hui /Tsung Kao
(1089-1163)


-1-
Para poder reconocer nuestra verdadera naturaleza, la mente debe estar vacía y clara, sin pensamientos, sin apegos y sin limitaciones de ningún tipo.¹
No hay que cultivarla ni adornarla, sino solo eliminar todo lo acumulado desde siempre y desapegarla por completo del pensamiento y sus contenidos conceptuales.²
Entonces la mente original funcionará espontánea y libremente, sin esfuerzo ni impedimento alguno.³


-2-
El camino a nuestra verdadera naturaleza es la ausencia de pensamientos, que no tiene nada que ver con anular la mente, mantenerla inmóvil, o renunciar al conocimiento.⁴


-3-
La mente debe permanecer serena, clara e imperturbable ante cualquier circunstancia o situación, sin apegos ni obstrucciones, viendo el cuerpo y los pensamientos como si fueran sueños e ilusiones en la vacuidad de la nada.
Entonces nada nos faltará ni nos sobrará y podremos manejarnos espontáneamente en cualquier situación, sin necesidad de alimentar los pensamientos.
Pero si en algún momento aparecen y no somos capaces de ver a su través, debemos retirarles la atención para evitar que obstruyan la espontaneidad de nuestra naturaleza no dual e impidan la aparición de la sabiduría.⁵


-4-
Vivimos solo pendientes del pensamiento que todo lo identifica, juzga e interpreta.⁶
Por eso, cuando escuchamos que para reconocer nuestra verdadera naturaleza debemos retirar la atención de los pensamientos y que no hay nada que alcanzar, tememos caer al vacío.⁷
Pero una vez que hemos despertado a nuestra naturaleza verdadera, no queda una sola cosa real ni ilusoria.⁸


-5-
No nos dejemos arrastrar por los objetos de los sentidos, ni por los fenómenos del pensamiento y nunca nos apeguemos a ninguno de ellos, sin por ello rechazarlos.
Entonces, la iluminación y la ilusión se mostrarán iguales y nos adaptaremos espontáneamente y sin esfuerzo a cualquier condición.⁹


-6-
El pasado, el presente y el futuro, son una ilusión.
Si tomamos todo como viene en cada momento y respondemos de acuerdo a las circunstancias, no hallaremos obstáculo alguno en nuestra vida cotidiana.¹⁰


-7-
Cuando la mente no sale a buscar nada, ni se pone a pensar en los objetos, esta misma casa ardiente de pasiones se convierte en el lugar de la iluminación.¹¹


-8-
Abandonemos de inmediato todo lo que hemos aprendido como si volviéramos a tener dos o tres años y comprobaremos que la consciencia innata anterior al pensamiento sigue estando ahí, pero no opera.¹²
Entonces repentinamente despertaremos de nuestro sueño, sentiremos una inmensa alegría y todo habrá terminado.¹³


-9-
Temiendo que el vacío de la mente original diera lugar a la creencia en la vacuidad o en la aniquilación, provisionalmente se inventaron nombres como mente original para evitarlo.¹⁴


-10-
A partir del reconocimiento de nuestra verdadera naturaleza original, podremos decir y pensar lo que queramos sin generar consecuencias, porque una vez que el contenido almacenado en la consciencia Alaya se libera, el nacimiento, la muerte y la ilusión, pierden su hogar y tanto el pensamiento discursivo conceptual como el raciocinio dualista, no son sino sabiduría y conocimiento sutil, ya que nada obstaculiza el libre funcionamiento de la mente.
Entonces, observar los fenómenos, pensar, razonar, juzgar o actuar, son todas actividades realizadas en la paz del nirvana y en el reino de la absoluta liberación.¹⁵

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MIS COMENTARIOS

¹ Este es el estado mental original.

² El camino para llegar a la mente original, no es añadirle más conocimientos y contenidos, sino retirarle todos los que ya tiene hasta que quede desnuda y vacía como originalmente es.

³ La mente original o estado mental original, no necesita de nuestra voluntad ni de nuestra particiacion en modo alguno, para funcionar espontáneamente a la perfección.

⁴ La ausencia de pensamientos no puede lograrse, pues no es nuestra voluntad la que los mantiene en marcha. Tampoco es necesario anular la maravillosa capacidad que nos brinda la mente, inmovilizarla o renunciar a sus funciones innatas. Sólo tenemos que retirar la atención del flujo continuo de pensamientos involuntarios y no generar voluntariamente ninguno más, para que la mente regrese de inmediato a su estado vacío original, ya sea que lo reconozcamos como nuestra naturaleza o como un breve lapso antes de volver a nuestra identificación con la persona, el cuerpo y el mundo.

⁵ Es una explicación completa e impecable de cómo permanecer en nuestro estado mental original, dejándolo todo a cargo del espontáneo devenir.

⁶ Esa y no otra, es la causa del sufrimiento que atravesamos en la existencia.

⁷ Fuera de los pensamientos todas sus creaciones desaparecen y como creemos que constituyen la realidad de nosotros mismos y del mundo en el que vivimos, ese vacío al que nos asomamos nos echa para atrás y regresamos de inmediato a la seguridad del mundo creado por los pensamientos.

⁸ Aquél que busca su naturaleza verdadera, la encuentra en ese vacío compartido que surge espontáneamente ante la ausencia de los pensamientos y el mundo que crean, evitando en adelante identificarse con nada más.

⁹ En el momento en que dejamos de apegarnos y ser arrastrados por los pensamiento y los objetos de los sentidos, sin que eso suponga tener que rechazarlos, se impone la no dualidad y la mente original toma el mando, resolviendo cualquier situación sin nuestra participación voluntaria ni intervención alguna del pensamiento conceptual.

¹⁰ Solo hay pasado, presente y futuro, así como karma impermanencia y discriminación en el pensamiento y su mundo ilusorio. Si no damos pie a esas fantasías, todo ocurre por sí mismo en este instante eterno que es la no dualidad.

¹¹ Si dejamos que la mente vague libremente entre los conceptos y los objetos de los sentidos, perderemos por completo su control. Por el contrario, si disciplinamos la atención y aprendemos a enfocar la voluntad, podremos reconocer nuestra verdadera naturaleza y sin interrumpir la manifestación espontánea de la Mente Única, vivir en plenitud, dicha y paz.

¹² No se trata de regresar al estado mental anterior a la aparición de la sensacion de ser, que no depende de nosotros alcanzar, sino de descartar todo lo acumulado sobre esa misma sensación de ser y desnudarla hasta dejarla como en su día apareció.

¹³ En el súbito instante del satori, el reconocimiento de nuestra verdadera naturaleza es inmediato, nos descarga de todo el peso acumulado y desaparece todo obstáculo y limitación que pudiese haber con anterioridad. Lo más evidente entonces, es que todo está aquí en las mismas condiciones en que estamos nosotros mismos y la alegría sin objeto nos invade durante días.

¹⁴ Nuestra verdadera naturaleza, así como la Consciencia Única o Mente Única, no son sino el inabarcable e infinito vacío. Pero no siempre la mente está lo suficientemente purificada como para aceptarlo sin que este reconocimiento provoque efectos no deseados. Por eso se dice que nueatra naturaleza es el testigo, la mente original o el yo soy, ya que como eso deja a un lado la identificación con el cuerpo y la mente, la mayor parte del sufrimiento de la existencia queda cancelado.

¹⁵ En el Budismo se contemplan nueve consciencias diferentes. La octava es la consciencia Ayala, donde se dicen que residen todos los conocimientos y experiencias humanas desde el principio de los tiempos y la novena es la consciencia Amala que abarca a las otras ocho y funciona al margen de las limitaciones y condicionamientos de la persona y el pensamiento, por tanto sus funciones no obedecen ya a las de un personaje individual y por lo tanto generan karma alguno.