Huangbo Chiyun/Obaku Kiun
(?-850)
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Todos los seres somos la mente única, eterna, existente y a la vez no existente, indestructible, sin forma, sin nombre y sin característica propia alguna.
Fuera de esta mente, que es el vacío ilimitado, nada existe.
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Como vivimos apegados a las formas, salimos a buscar entre ellas la iluminación, pero es inútil tratar de usar la mente para encontrar la mente.
Basta con desentendernos del pensamiento conceptual, de toda búsqueda y de nuestro deseo de encontrar la iluminación, y esta se mostrará espontáneamente ante nosotros.
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Si nos liberamos súbitamente del pensamiento, reconoceremos sin falta nuestra verdadera naturaleza.
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Puede que tardemos más o menos tiempo, o que nos resulte más o menos difícil retirar la atención del pensamiento conceptual y captar la mente única, pero el resultado es siempre el mismo, un estado de ser no dual absoluto en el que no hay nada que hacer, porque nada hay que alcanzar.
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Una percepción fugaz como un rayo de que sujeto y objeto son uno, nos hará despertar a la no dualidad, que es la Verdad Absoluta.
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Si eliminamos el pensamiento, la mente se aquieta y recupera su estado original compartido por todos los seres, entonces la cadena de causación queda rota de inmediato.
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Debemos mantener la mente inmóvil y concentrarnos en retirar la atención del incesante fluir de los pensamientos, imágenes y voces que nos llevan a la creación de todo tipo de karma y dejar que todo siga su curso sin más.
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Desapegados de todo, nuestras reacciones a los fenómenos decrecerán, hasta que nuestras mentes y cuerpos sean los de un ser completamente liberado.
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Tratar de lograr la iluminación siguiendo cualquiera de las prácticas, filosofías o religiones que existen, no es comparable con imitar a quien ha eliminado el pensamiento conceptual dualista y ya no forma concepto alguno.
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Si tan solo eliminamos repentinamente todo pensamiento conceptual, la substancia no dual original se manifestará por sí sola sin límites ni impedimentos, como cuando el sol asciende por el vacío iluminando el universo entero.
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No es necesario apegarse ni rechazar lo percibido, porque todo existe espontáneamente, nada tiene una existencia absoluta, nada hay subjetivo u objetivo a lo que sujetarse y nada queda fuera de la mente única.
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Solo evitando la aparición del pensamiento conceptual, podemos reconocer nuestra verdadera naturaleza, la no dualidad que ha sido nuestra mente desde siempre y donde no hay nada que alcanzar, ni acción alguna que realizar.
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Abandonar toda ilusión sin dejar nada a lo que sujetarse, es la verdadera enseñanza y equivale a la iluminación suprema.
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Si nos entregamos al pensamiento conceptual a partir de los fenómenos que nos rodean, nacen el deseo y el rechazo.
Pero si ignoramos los pensamientos, los fenómenos quedan vacíos y el pensamiento cesa.
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Tememos caer al vacío si retiramos la atención del pensamiento conceptual o dejamos de pensar, sin darnos cuenta de que nuestra propia mente es ya el vacío.
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Una vez que detenemos la aparición de conceptos y pensamientos sobre los pares de opuestos, nos damos cuenta de que esta mente que es como el vacío, es nuestra naturaleza no dual.
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Nuestra consciencia es nuestra naturaleza original, por eso, si nos liberamos de todo proceso intelectual dualista ilusorio, sencillamente no traeremos a la existencia un ser objetivo capaz de alcanzar la iluminación, ni habrá ninguna naturaleza original.
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Todos los procesos intelectuales y los movimientos del pensamiento, crean conceptos y son su resultado a la vez.
Si evitamos elaborar conceptos, no será necesaria la existencia de ninguna naturaleza original que reconocer.