viernes

10. Shankara


Adi Shankara / Shankaracharya
(788-820)


-1-
Lo que verdaderamente somos, se revela sin más cuando desaparece la ignorancia, igual que la luz al aparecer reemplaza a la oscuridad, esa es la liberación.


-2-
El mundo del ego lleno de apegos, deseos y aversiones, es como un sueño que parece real mientras dormimos, pero que demuestra ser ilusorio cuando despertamos y reconocemos lo que verdaderamente somos, que es la base de toda la creación en la que aparecen los mundos, existen por un tiempo y se disuelven de nuevo, ya que Ser es el origen y el sustento de todo.


-3-
Mediante la discriminación y el pensamiento lógico, debemos separar lo que es solamente Ser de sus características añadidas, y abandonar todo condicionamiento hasta que solo quede el testigo del cuerpo, de los objetos de los sentidos, de la mente y del intelecto, que juntos constituyen la materia básica de la que se compone el universo, reconociendo así la unidad del alma individual o ego y el Alma Suprema o Ser.


-4-
Lo que verdaderamente somos carece de atributos, nunca actúa ni cambia, es por siempre libre, sin mancha, eterno, sin forma y no tiene deseos ni pensamientos.


-5-
El apego, el deseo, el placer y el dolor, se perciben solo mientras el intelecto o la mente funcionan, pero no durante el sueño profundo en el que la mente deja de existir.
Así que todos ellos pertenecen a la mente y no al Yo, cuya naturaleza es la eternidad, la pureza, la realidad, la consciencia y la dicha.


-6-
La individualidad en nosotros piensa erróneamente ser el sujeto que observa y conoce, y solo se libera del miedo cuando se da cuenta de que no es la persona o ego, sino el Alma Suprema, el Ser Supremo mismo.
Entonces abandonamos toda identificación con los objetos que tienen nombre y forma y permanecemos como la encarnación de la consciencia infinita y la dicha, pasamos a simplemente Ser, sin hacer más distinciones entre el conocedor, el conocimiento y el objeto del conocimiento.


-7-
Todo lo percibido, es el Ser Supremo no dual mismo.


-8-
El propósito de la vida, es reconocer nuestra identidad con el Ser Supremo y alcanzar la liberación, que consiste en que la mente deje de identificarse con el cuerpo, que es lo que nos atrapa en la ilusión del nacimiento y la muerte.


-9-
La mente genera karma, porque el Ser Supremo a través de nuestro Yo, el testigo silencioso más allá de las cualidades y la actividad, cree ser el ego, error que desaparece al reconocer nuestra verdadera naturaleza.


-10-
El Yo percibe el ego durante la vigilia y lo pierde en el sueño profundo, pero el Yo solo puede ser percibido por sí mismo.


-11-
El Yo es nuestro propio Ser.


-12-
Si nos desidentificamos del cuerpo, del intelecto y del reflejo de la consciencia, nos damos cuenta de que el testigo, el Ser o el Absoluto, es eterno, omnipresente y todo lo penetra.
Entonces, nos liberamos del miedo, del sufrimiento y de la muerte, pasando a ser la manifestación de la dicha Suprema.


-13-
Sin ilusiones, el ego es el Ser Supremo o Brahman, esta unidad es lo único real, ya que nada existe fuera de Ser.


-14-
En la realización de nuestra verdadera naturaleza, no queda ninguna entidad independiente o separada del Ser, que no sea simplemente Ser.


-15-
Permanezcamos siempre con la consciencia en nuestro propio Ser, y hagamos que todo el universo quede disuelto en él.


-16-
Si tras el reconocimiento de nuestra naturaleza real, aún nos queda la impresión de ser el actor de las acciones y el sujeto de las experiencias, continuaremos generando karma.
Algo que solo podemos remediar, insistiendo en permanecer siendo uno con el Ser Supremo, hasta que la liberación completa se produzca por sí misma.


-17-
Dejemos de identificarnos con todo lo que es del cuerpo, esto es, la familia, la patria, el nombre, la forma o la posición social.
Desidentifiquémonos del ego actor de las acciones y sujeto de las experiencias, que es solo una creación del intelecto que ignora su verdadera naturaleza y cree ser esto y aquello en el cuerpo.
Así alcanzaremos la total identidad con el Ser Supremo.


-18-
 Si en algún momento volvemos a hacer sitio al ego en nuestra mente, aunque sea por un instante, este regresará con sus innumerables preocupaciones y temores, enfocándonos de nuevo en los objetos de los sentidos y recuperando la infinidad de deseos y aversiones que nos provocan la búsqueda de los placeres sensuales.
La liberación es vivir libres de preferencias.


-19-
No debemos dejar jamás que nuestra atención se separe de lo que verdaderamente somos, ya que el descuido puede hacer que esta vuelva a vagar, apartando la consciencia de nuestro verdadero Ser y cayendo de nuevo en el error de considerar real este mundo impermanente e ilusorio, dando así origen al ego, al deseo y al apego, que conducen al sufrimiento y a la miseria de la existencia mundana.


-20-
Mientras la mente siga apegada a los objetos de los sentidos, estará continuamente recordando y recuperando sus cualidades y características mediante el pensamiento.
En consecuencia, surgirán la pasión, el deseo y la acción tendente a satisfacerlos, lo que nos hará olvidar nuestro verdadero Ser.


-21-
Cuando el mundo exterior, los pensamientos y los recuerdos desaparecen de la mente, se experimenta la paz mental que facilita la visión del Yo primordial o Paramatman, con lo que el ciclo del nacimiento y la muerte queda roto.
Por eso, la retirada de la atención del mundo exterior y del pensamiento, es el primer paso hacia la liberación.


-22-
Libre es aquél que reconoce que simplemente Ser, es el substrato común a todo lo existente y desechando todo condicionamiento y característica como formas, colores, ideas o conceptos, permanece firme siendo infinito y absoluto.


-23-
Experimentar el universo entero como lo que verdaderamente somos, es la liberación total de toda limitación y se alcanza mediante la incesante concentración en nuestro Yo eterno.


-24-
La mente ya purificada en la que las impresiones mentales y emocionales se disuelven, deja solo la consciencia pura, lo cual conduce directamente a la realización del gozo y la dicha de Ser.


-25-
Una vez alcanzada la liberación, ya no hay nacimiento ni muerte, no hay limitaciones ni esfuerzo, ni hay tampoco buscador ni liberado.
Este es el secreto, la más pura esencia de la sabiduría Vedanta y la Verdad Sublime.